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lunes, 22 de octubre de 2012

Capítulo 3

Después de recibir la llamada del encargado de Starbucks estaba realmente contenta, con todas las cosas que habían pasado, me había olvidado de la hora que era, y de que, cuando llegué ni si quiera me había quitado el maquillaje.
Por tanto me dí una ducha y cuando salí, me puse un chándal negro, y decidí llamar a mis padres para decirles la decisión que había tomado.
Llamé dos veces por teléfono, y a la segunda me cogió el teléfono mi padre, se lo comenté y según él, era una locura, pero le dije, que quería aprender a valerme por mí misma, que encontraría una casa, y me volvería más responsable, después de mucho rato, lo conseguí, conseguí que aceptase, que en cuanto me dieran el trabajo me iría para una larga temporada.
Decidí, aun que hasta a mí me resultaba absurdo, preparar la ropa para la entrevista de mañana.
Me dirigí a mi armario y comencé a rebuscar entre las perchas de mi armario, cuando de repente, mi móvil sonó, la canción She will be loved de Maroon 5, jamás podría olvidarlo, era el tono de llamada que tenía para él, para Marco, el chico, que tanto me había hecho sufrir.
Sin ganas, me digne a coger el teléfono, y de manera excesivamente borde comencé a hablar.
-¿Qué quieres?
-Lo siento.
-¿Tienes algo más que decir?- dije perdiendo la paciencia.
-Haber Bea, ¡Joder no te cabrees vale! ¡Todos cometemos errores!-dijo él perdiendola también.
-¿¡QUÉ NO ME CABREE!? ¿SABES LO QUE ESTÁS DICIENDO? Me acabas de decir, que no me cabree por que, después de llevar dos años saliendo te lies con una de mis mejores amigas, vamos, es que flipo contigo, si yo hubiese hecho eso, ahora mismo sería la puta de madrid.- dije muy malhumorada.
-Vamos a ver, joder Beatriz, no ha sido solo culpa mía, ¿Qué a ella no la vas a decir nada?- dijo cambiando de tema.
-Primero, te diré que no pienso volver a hablar con ella, segundo, quiero que te quede claro que  no quiero volver a verte en toda mi vida ¿vale?,¡ paso de ti!
-Beatriz, por favor, no... yo... te quiero, joder no puedes...- no le dejé acabar la frase, le colgué el teléfono y me puse a llorar, no sabía que hacer, sí, le quería, él, había formado parte de mi vida durante muchisimo tiempo, él, me había enseñado a sonreír de nuevo, pero no, no permitiría que me vacilase, no permitiría, que me utilizase, que se vaya con Sara, ¿No se lió con ella estando conmigo? Pues que los follen a los dos y a mi me dejen en paz. Me dije para mí misma todo esto, y sin pensarlo dos veces, encendí un cigarro, y, en cada calada que daba me sentía más relajada. Pero, sabía, que tenía que dejarlo...
Se me ocurrió llamar a Miriam, mi mejor amiga.
Esperé a que me cogiese el teléfono y la conté todo lo que había hablado con Marco, e inmediatamente me dijo que ella necesitaba verme. Decidimos quedar para ir a comer, pues ninguna habíamos comido, en 45 minutos en mi casa, supongo que las cosas se arreglarán.

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