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martes, 2 de octubre de 2012

Capítulo 2


Cuando me levanté, mi habitación seguía impregnada de su olor. Miré el reloj, eran las dos del mediodía, sentía que la cabeza me iba a estallar. Pero, sentí que, a pesar de todo tenía el control en mis manos.
 Yo era la única que podía sacar una solución en todo eso, yo era la única persona que podía solucionarlo, debía resolver mis dudas y proteger lo que en un momento fue mío.
Pero, no te creas que voy a luchar por él. Lucharé por mí, por mi dignidad, que quedó reducida cuando me sentí traicionada. Tal vez, suene egoísta, pero lucharé por mí, para que nada pueda hacerme daño, lucharé para que todo quede claro, lucharé para no volver a dejarme engañar, lucharé para no ser tan inocente y creerme que por muy amigas que seamos, vas a tener consideración conmigo.
Pero tranquilos, si, vosotros dos, los que rompisteis mi seguridad durante un breve espacio de tiempo, no voy a volver dejarme engañar, sonreiré a los problemas, no se como pero conseguiré hacerme más fuerte, y nada ni nadie conseguirá hacerme daño.
 En ese momento, decidí, que tenía que cambiar radicalmente. Tenía que cambiar de aires, irme muy lejos y no volver.
Pensé un destino rápido al que poder ir, una gran ciudad en la que me supiese manejar o por lo menos conocer la lengua, un sitio, que no estuviese demasiado lejos y que, por tanto, lo billetes de avión no fuesen lo suficientemente caros, pero lo suficiente lejos como para olvidarme de todo. Primero, pensé en París, pero el francés no era mi fuerte precisamente; Londres, fue el primer destino que me pasó por la cabeza que cumplía todos los requisitos que necesitaba para conseguir irme. Pero también necesitaba encontrar un trabajo para poder instalarme a vivir allí. Tenía que encontrar algún sitio... de repente, encontré un ticket de alguna de las miles de veces en las que había estado en un Starbucks, y se me ocurrió que tal vez, podría encontrar trabajo en el extranjero con esta cadena de cafés.
Llamé a la central de Starbucks y pregunté por un empleo en la capital británica, me dijeron que tenían que buscar alguna tienda en la que necesitasen gente, y que me llamarían en media hora más o menos.
Esperé impaciente mientras veía la tele cuando mi teléfono sonó. Lo descolgué y comencé a hablar con el empleado de la central.
-Buenas tardes, ¿es usted Beatriz García?-
-Sí, soy yo, he llamado antes para encontrar empleo en algún establecimiento de Starbucks.- dije sin poder evitar una sonrisa.
-Vale, llamaba para comunicarle que hemos encontrado un empleo para usted en el Starbucks que hay en Covent Garden, para contratarla necesitamos hacerla primero una entrevista, ¿En que gran ciudad española podría usted mantener esta entrevista?-
-Pues... la verdad... si pudiese ser en Madrid me harían un gran favor.-
-De acuerdo, pase mañana lunes por la central de Starbucks, de Madrid, y allí pregunte por Jaime Fernandez.-
-De acuerdo. Adiós-
-Adiós, que pase un buen día.-dijo a la vez que colgaba el teléfono.

1 comentario:

  1. La melancolía empieza a desaparecer y con ello y tras una dosis suficiente de la misma, esto se empieza poner interesante. :3

    un saludo!

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